lunes, 19 de abril de 2010

A Dios rezando ...

Vengo, Señor a tu presencia, como tu palabra me enseña: Con el corazón arrugado por la vergüenza de saber que soy un pecador tan grande, que no merece nada de tu parte, pero vengo a tu presencia sinceramente porque a toda la lista de mis pecados, le he últimamente agregado otro pecado, sólo que en esta oportunidad mi nuevo pecado te atañe directamente.
No es por justificarme Señor, pero quiero pedirte que muestres tu justicia abarcadora que nos libere del pecado que muchos estamos cometiendo; me refiero concisamente a que millones nos estamos alejando de tu amorosa presencia, debido a toda esa pléyade de pastores y curas que con malas artes se apropian ilegítimamente de esfuerzos, esperanzas ilusiones y hasta de voluntades de aquellos que van a presencia de ellos en busca de tu Divina presencia.
No es una venganza padre. Te aseguro que no lo es, pero me encantaría ver como haces desaparecer de la faz de la Tierra a todos esos malditos H.D.P. (H.D.P.: hijos del pueblo) y los llamo así, porque estoy más que seguro que ellos no son tus hijos, dado que un Dios de amor como sos vos, no permitiría que estos hijos del diablo, ahuyenten de la salvación que vos nos das, a miles y miles de personas en todos lo países del Mundo que necesitamos de tu bendición.
Señor... Has notado que estos engendros satánicos perdonan a dictadores asesinos en tu nombre? Todos estamos seguros de que vos no harías eso. Dice la Biblia que vos tenés tus tiempos para todo y que los tiempos del Señor no son los tiempos de los hombres. Padre nuestro... Te lo pido en el nombre de Jesús y por mi propio tiempo, ya que vos mejor que nadie sabés que mi tiempo se acaba y necesito confiar en tu protección.
Yo sé que estoy pecando Padre, toda vez que soy consciente de que éste es el único de mis pecados del que no me arrepiento: Mi odio. Odio a todos los que en tu nombre matan, "perdonan" a asesinos, a abusadores, a los que roban desde los púlpitos, a los que invaden países y asesinan por el sólo placer de hacernos sentir a todos cuan poderosos son cuando cuentan con tu protección. Odio a todos aquellos a quienes les resultan pocos los dedos que tienen, para señalar mis pecados, pero usan sus sotanas, para esconder las erecciones que les provocan los niños.
De verdad Señor... Necesito verte en acción, para confiar en vos y en nadie más que en vos, dado que ya hay demasiados niños que sienten miedo de tu nombre, solamente porque una recua de descastados y malparidos, decidió que la Fé es un pingüe negocio, o que la Fé sirve para amenazar a comunidades enteras, o que la Fé es sinónimo de placeres que implican el dolor ajeno. Necesito que me perdones Señor, por odiar a aquellos que avergüenzan tu nombre santo.
Por favor Señor, ese animal instalado en el Vaticano, protector de todos los curas violadores del Mundo es uno de los peores ejemplos que hemos tenido acerca de lo que es tu amor, por la Humanidad. Porfa, Señor querido, no te olvides tampoco de ese obispo que en Méjico culpó a las víctimas de sus propios abusos, dando a entender que se trataba de niños que "coqueteaban" a los que siguen tus enseñanzas.
Señor, te lo pedimos en el único nombre por el que podemos llegar a vos: En el nombre de tu tu hijo amado, Jesús. Elimínales de la faz de la tierra, para que no sean piedra de tropiezo. Amén!

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